Violación de intimidad: publicación de fotografías
La privacidad es considerada un derecho humano fundamental reconocido en la Declaración de Derechos Humanos de la ONU y en muchos otros tratados internacionales. En la actualidad, por el advenimiento de las TIC e Internet, se ha convertido en uno de los temas de derechos humanos más importantes ya que existen muchos registros de información personal que se comparten de manera voluntaria y otros que no pero que al estar de manera digital puede ser accedida por terceros y hacer un uso indebido o no autorizado de ello.
En casi todos los países del mundo se reconoce explícitamente en su Constitución el derecho a la privacidad y en algunos ya se contempla derechos específicos para acceder y controlar la información personal, incluyendo los medios digitales.
En países donde no es tan explícita la carta magna en este sentido, se ha encontrado ese derecho mediante otras legislaciones como por ejemplo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos o el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
A pesar de lo anterior, aún existen vacíos legales de los cuales se aprovechan algunos para ganar querellas por no estar determinado explícitamente ciertos aspectos, principalmente los relacionados con la información que voluntariamente compartimos y dejamos circular por la red.
Uso no autorizado de información que publicamos en Internet.
Diariamente se publica en la Internet millones de bits de información o elementos personales como fotos, número de teléfono, correos electrónicos, escritos, trabajos, etc. La privacidad de Internet se relaciona principalmente con la forma en que la información se expone en la Web. El destino de esa información al dejarla públicamente en la red lo desconocemos, realmente no hemos dado un permiso expreso para que sea tomado por cualquiera pero tampoco se deja por sentado las limitaciones de uso a los mismos; por eso la interpretación de las leyes puede servir a esclarecer estos casos, aunque en algunas circunstancias los fallos parezcan injustos.
Muchos han sido los casos que a nivel mundial se han dado en este sentido, como por ejemplo fotos privadas que se filtran y luego se hacen públicas y circulan por las distintas redes, violación al derecho de autor de contenido publicado, entre otros.
Un caso particular de esto fue el fallo de un tribunal contra la publicación en un periódico de la fotografía de un psicólogo detenido y en prisión que presuntamente abusó sexualmente de menores que eran sus pacientes. La fotografía que se utilizó como referencia en la noticia fue obtenida de su perfil de Facebook y para el tribunal eso representó “una intromisión ilegítima en el derecho a la propia imagen del acusado”, obligando al periódico a indemnizarlo con 10.000 euros. La decisión se basó en que aunque Facebook es una red pública y la foto de perfil está disponible, el propietario de la foto no dio su consentimiento expreso para su utilización.
Toda esta situación ha hecho que la preocupación por las violaciones de privacidad y/o su interpretación ahora sea mayor que en cualquier otro momento de la historia y ha hecho que varias naciones se sumen a aprobar leyes que protejan específicamente la privacidad de sus ciudadanos de esta tecnología que carece de protecciones adecuadas ante los avasallantes avances que apuntalan a una convergencia tecnológica que elimina las barreras entre sistemas haciéndolos interoperables y compartiendo más datos sobre todo y sobre todos.
Legislación y privacidad de la información
La preocupación por el derecho a la privacidad y el uso autorizado de la información aumentó en la misma medida que evolucionó la tecnología. Los primeros pasos en este sentido se dieron en Alemania en 1970 con la primera ley de protección de datos y de allí muchos países hicieron lo propio pero de manera local. En la actualidad se apuesta por leyes tan globales como la globalización misma que logró la tecnología.
En términos generales, las leyes que se han redactado en los últimos tiempos a nivel mundial van en busca de garantizar que toda la información personal que se obtenga de una persona sea conseguida de manera justa y legal, sea utilizada sólo para el propósito original especificado y que éste sea relevante y no excesivo, y finalmente, que de ser posible sea destruida después de que se complete su propósito. Este último punto es el que posee mayor cantidad de detractores. Ejemplo de estas leyes son el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y el Reglamento sobre Privacidad Electrónica de la Unión Europea, la Ley de Protección de Datos del Reino Unido, entre otros